Historia del Aloe Vera
8.000 años de conocimiento y utilización de la planta de Aloe Vera podrían estar equivocados, o pudiera ser que a la industria farmaceútica no le interesen las propiedades de éste “Doctor en Maceta”.
El Aloe Vera ha sido conocido por su misteriosa belleza, su elegancia natural y sus legendarias propiedades curativas.
En algunas civilizaciones, incluso fue adorada como un dios.
La planta de aloe vera se describe como la “Reina de las plantas medicinales” y su historia se remonta a más de 6.000 años antes de Cristo. En ése momento se hicieron los primeros registros sobre la planta de aloe vera en Egipto, en la que se describió la planta con su jugo beneficioso para la inmortalidad, la belleza y por sus propiedades curativas. El aloe vera fue considerado una “planta para la inmortalidad” y por ello fue utilizada por los egipcios para embalsamar a sus muertos. Cleopatra y Nefertiti valoraron el jugo de aloe vera para el cuidado de su piel y su belleza, y según la tradición, lo usaban a diario.
Las primeras grabaciones en tabletas de arcilla datan del 2.200 A.C. Hechas en Nippur, indicaban el uso de aloe vera para limpiar el intestino. En ése tiempo, las enfermedades estaban asociadas con la penetración de demonios en el cuerpo. Éstos demonios sólo pueden ser expulsados por algo divino: el divino aloe vera.
Para el emperador de la antigua China, las espinas curativas y calientes de las hojas de aloe simbolizaban las uñas sagradas de la deidad.
Con los indios del Nuevo Mundo, el aloe vera era una de sus plantas sagradas, y allí también era venerada como un dios. En África, los nómadas todavía la llaman la “diosa del desierto”.
La planta también era muy popular entre los grandes señores de la guerra, como Alejandro Magno, se utilizaba para curar a los guerreros heridos, y por tanto se llevaba en todas las campañas. Durante el reinado de Nerón (alrededor del 50 D.C.), el médico y naturalista Dioscórides describió recetas para el tratamiento de varios cuadros clínicos. En sus notas, la planta de aloe vera era una de las plantas medicinales más valiosas.
La recomendaba para dolencias estomacales e intestinales, pérdida de cabello, dolor en las articulaciones, curación de heridas, caspa y otras muchas dolencias.
Más tarde, la planta fue llevada por grandes marineros como Cristóbal Colón o Marco Polo en sus viajes, por lo que probablemente también llegó a América Central y del Sur. La utilizaban en sus travesías para curar heridas y tratar a sus marineros de distintas enfermedades.
Los indios entraron en contacto con la planta, y para los Mayas el jugo recibió el nombre de “Fuente de la Juventud”.
En la isla de Socotra, los jesuitas españoles encontraron aloe silvestre en el s. XVI y a día de hoy todavía hay grandes depósitos.
Se intentó transportar las hojas por barco, pero las largas travesías dejaban las hojas inservibles, por lo que las hirvieron y espesaron para enviar el granulado resultante. Como resultado del calentamiento, las sustancias curativas cambiaron y sólo se permitió su uso en productos farmacéuticos. Incluso una pequeña dosis de aloína (sustancía amarilla amarga), podía tener un efecto tóxico después de ser cocinada, cuando no ocurre en el caso de la hoja fresca.
Luego la planta de aloe vera quedó en silencio durante muchos años, pero a principios del s. XX fue “redescubierta” para la medicina, y ahora es recomendada por muchos médicos y profesionales alternativos.
El pastor Kneipp fue un gran admirador y presciptor del aloe vera. Apreciaba especialmente sus efectos desintoxicantes en el área digestiva, especialmente en relación con los tratamientos Kneipp, el intestino y el sistema inmunológico asociado al intestino desempeñaron un papel importante. También tuvo muy buenas experiencias con la prescipción de aloe vera para todo tipo de problemas oculares, ya fueran inflamatorios o degenerativos. A menudo usaba aloe aquí con éxito.
En la década de 1930, con el uso de rayos X en la terápia del cáncer, la pasta de aloe vera se redescubrió como un remedio para las quemaduras de la piel debido a las altas dosis de radiación.
Cualquiera que eche un vistazo más de cerca a la historia del aloe vera no puede evitar notar que ésta planta esconde propiedades curativas de variedad inusual y efectividad detrás de su humilde apariencia.